Nervios. Nervios. Nervios.
Ahora mismo ella es un matojo de nervios. Entre los nervios y la falta de sueño de tres días, la combinación era explosiva. Además, echaba de menos todo. TODO. Lo que hacía que le dieran ganas de llorar, y parecía la Zarzamora "llora que llora por los rincones". Peor bueno, es normal, se juega mucho y lo sabe. Todo el mundo la anima, y lo agradece, de verdad, pero los nervios, desgraciadamente, siguen ahí.
En parte no está tan mal tener nervios, así ella se mantiene en un estado de "alerta permanente" como diría Ojoloco Moody. Jeje.
Aparte de todo es, decir que está muy feliz (en contraposición con los nervios), porque sus padres la visitan el fin de semana. Y lo necesita. Mucho.
No sabe porqué pero algo, dentro de ella, aunque sea pequeñito, le dice que todo va a salir bien. Y eso es lo que le hace mantener la compostura.
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