martes, 11 de octubre de 2011

Nieve en la ventana.

Él se despierta. La mira a ella. Tan dormida, tan tranquila, suspirando mientras a su vez su cuerpo exhalaba aire de puro deseo satisfecho. 
Es un sueño. No es verdad que ella esté a su lado, en esa habitación, en esa cama. No quería despertarse, pero tenía que hacerlo. Se pellizca. Ella sigue allí, tan perfecta como siempre, incluso puede que más que en cualquier otra situación. El maquillaje, un poco corrido en el ojo, le hace sonreír y pensar: "Se había puesto guapa para mí". Se había puesto guapa para él. Para él. Para ningún otro, no había duda, y eso lo hacía sentir feliz. Una sonrisa estúpida se escapaba de sus labios. 
No se atrevía a tocarla, por si se desvanecía, o simplemente, porque no quería despertarla. Estaba tan guapa mientras dormía ajena a todo lo que estaba pasando fuera de esa habitación. Y a quién le iba a interesar lo que pasase fuera de la habitación. La perfección, el edén, la Tierra Prometida, estaba en ESA habitación, y no había nada que pudiera estropearlo.
Mira la ventana. Nieve en la ventana. Inevitablemente su cabeza viaja a la canción de Rafa, esa tan buena con la que se despierta siempre, o la canturrea, o algo. Se vuelve a reír. Es increíble cómo una canción puede encajar en una situación cotidiana. "Cómo no entregarte el alma en cada canción"
Se mueve un poco. La sábana se le escurre mientras, de manera juguetona, se deja ver un poco de piel. Piel sedosa, blanca, suave... Entonces ella abre un ojo, y lo ve a él, mirándola. Ella se sonroja, al ver que la estaba mirando con tal admiración, pero le gusta la mirada que tiene él cuando la mira. Esa mirada que la ha enamorado, porque sólo a ella la mira así, a nadie más. 
Porque los dos juntos son uno. Y no sabe cómo no se había dado cuenta antes...
Coño, qué frío hace en la ciudad... Estoy soñando o es que hay nieve en la ventana...