Es curioso, mucho. La sensación que tiene una persona cuando otra que nunca le ha dado demasiado cariño, de repente, se lo da. Así porque sí. Es una extraña sensación en la que piensa si lo hace porque quiere algo, por interés, o porque no le queda más remedio si se quieren llevar bien. Curioso, muy curioso.
Haciendo revisión al fin de semana, ella se da cuenta de que ha sido un poco... No sabe cómo definirlo. ¿Aburrido? ¿Estresante? ¿Agobiante? Sobretodo el domingo. Una locura.
En el camino de vuelta a casa en el autobús se da cuenta de que se está acostumbrando a Valencia. Ya no le parece una "tierra hostil" como hace dos meses. Ahora incluso podría llegar a tener la sensación de que pertenece allí, y no es mentira del todo. Una parte de ella es y será valenciana, quiera o no; ya se vio cuando se emocionó con las fallas. Y, ¿por qué no? Es una ciudad bonita, acogedora, y la gente es muy maja. Cada vez está más convencida, y va viendo las cosas de otro color, un color más bonito y optimista. ¿Verde? ¿Azul? ¿Amarillo? No lo sabe, lo que sí sabe es que ése color combina a la perfección con ella.
Pero bueno, ahora sólo tiene que pensar que queda nada para el viernes, y tiene que ponerse las pilas.
Ahora viene lo bueno.
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