martes, 22 de septiembre de 2015

Tres cientos sesenta y cinco días, con sus respectivas noches.

Ese es el tiempo que llevo ahora mismo en Estados Unidos.

Sé que ha habido gente que me ha pedido que vuelva al blog (mamá, Rosana), y la verdad es que lo pienso cada día, pero sinceramente, la pereza me puede más, lo siento. Aunque no digo que sea un adiós al blog para siempre. Ya véis, aquí estoy.

He hecho muchas cosas interesantes en todo este año que ha pasado, por lo visto lo último que escribí fue en Navidad, y de eso ya ha pasado un rato. Principalmente dejé de escribir porque pensaba que escribir semana a semana no era tan interesante, porque es imposible que te pase algo cada semana. Así que supongo que por eso dejé de escribir. Sin embargo, eso no significa que no hayan pasado cosas. OHMAIGÁ (citando a mi querido Pato)

Os haré un pequeño resumen de las cosas más importantes, que tampoco tiene que ser una entrada súper larga.

Fui a Disney y a Harry Potter. Toda una experiencia, y el cuerpo me pide que vuelva a Harry Potter. No os hacéis idea de lo bien hecho que está. Es impresionante, me podía orientar con todo lo que había visto de las pelis, sabía exactamente dónde estaba todo. Probé la cerveza de mantequilla, e incluso probé un HELADO DE CERVEZA DE MANTEQUILLA. Y estaba bueno no, lo siguiente. Por cierto, tengo una varita. Y ES GENIAL.



Abril fue muy especial. Fue una de las mejores semanas que he pasado en Estados Unidos, y por una simple razón. María.
María con todo su amor y toda su buena fe, vino a visitarme, y fue grandioso. El primer fin de semana la llevé a Washington, y entre semana nos fuimos a Nueva York. Vimos todo lo que queríamos ver, nos pateamos Central Park entero (porque molamos tres millones), e incluso vimos dos musicales de Broadway, los dos por 100 dólares. Vimos Finding Neverland, con Matthew Morrison (aunque no pudimos hacernos una foto con él, porque se fue corriendo, el muy cabrito) y Gigi, con Vannessa Hudgens, con la que sí tenemos foto porque no se fue.
Fue una semana intensa de caminar, y ver cosas, y comer, y refugiarnos en Starbucks, y volver a comer, y sospechar de un señor en el ascensor del hotel porque parecía que nos quería comprar. Pero fue insuperable.




Mayo, OH DIOS MÍO MAYO, (Vaya, he hecho más cosas de las que recordaba!) Sé que he dicho que Abril fue genial, y no miento, Pero en Mayo pasó una de las cosas que nunca pensé que llegaría a suceder. CONOCÍ A DARREN CRISS. (Para los que no me conozcan demasiado, o no hayan prestado atención a mi Facebook, Darren es mi futuro marido, aunque él aún no lo sabe, pero el amor es complicado)
Darren estuvo 3 meses en Broadway haciendo Hedwig and the Angry Inch, un musical rockero sobre un travestí y su vida. El musical trata básicamente sobre Hedwig, es prácticamente ella hablando todo el rato. Es un musical muy intenso, pero tiene partes cómicas a la vez, pero que luego piensas, ¿por qué me he reído de eso? (Como por ejemplo cuando Hedwig dice que inventa un nuevo sistema para calentar la voz, y es escuchar el eco de su cabeza en el horno, porque su madre le obligaba a eso, y te ríes, y luego piensas "¡UN MOMENTO!" pero supongo que es parte de su magia) Además la música es muy rock, como un concierto. Espectacular.
Pero lo mejor fue después, cuando LO CONOCÍ. No pude hacerme foto con él, porque era prácticamente imposible, pero tengo el programa firmado, y una foto destrangis, y hablé con él. Una conversación que no se me olvidará en la vida.
Darren: ¿De dónde eres?
Yo (con toda mi emoción pero comportándome como una señorita que soy): De España
Darren: ¡Uh! España, ¿qué parte?
Yo: Mallorca
Darren: Mallorca, qué bonito.
Y ahí fue todo porque me morí de la emoción, y del amor y de todos los buenos feelings del mundo que se os puedan venir a la cabeza.



(creo que esta foto la voy a llamar "felicidad extrema que no se puede explicar ni siquiera con palabras")

Junio fue tranquilo, ya que era el principio de las vacaciones de los niños, y por lo tanto, me tocaba trabajar más, pero fui a ver un partido de béisbol. Que no hace falta que vayáis, porque es un poco aburrido. Ya os ahorro yo el dinero y la calor.
Y de ahí pasamos a Julio, y al día de la independencia, que sinceramente, tampoco fue para tanto. Me acordé mucho de Valencia, y las Fallas. Más que nada porque aquí no saben tirar fuegos artificiales, Y punto. Dejaron mucho que desear. O a lo mejor es que yo estoy acostumbrada a más. Con deciros que el castillo del 4 de Julio en Washington no tuvo ni ritmo, ni chimpúm. Con eso lo digo todo. PERO, el fin de semana después del 4 de Julio, aprovechando que las hermanas de Maddie estaban aquí, y que se fueron todas a Nueva York, me fui a ver a Darren al musical por segunda vez, Y esta vez, EN SEGUNDA FILA. Fue más espectacular que la primera vez, si cabe. La transformación que hace al final, de Tommy Gnoses te provoca escalofríos por todo el cuerpo. Y me volvió a firmar el programa, pero esta vez, CON MI NOMBRE.




Y en Agosto hice un musical. (Madre mía, no he parado). El musical se llama The Music Man, muy famoso por estos lares, protagonizado por Robert Preston en la versión original, y luego en 2001, Matthew Broderick hizo otra versión, pero la que tiene valor por aquí, es la de Robert Preston (y normal, este hombre es alucinante). Fueron tres fines de semana de hacer lo que de verdad me gusta hacer, y fue maravilloso. Porque aunque fue en un instituto, os puedo asegurar que el escenario de ese instituto era mucho más grande que muchos teatros que tenemos en España (sin ir más lejos, los que estáis en Valencia, pensad en el Inestable, pues ese teatro era como cuatro veces el Inestable). La lástima es que no se pudiera grabar nada, pero bueno. Ahora me estoy preparando para el próximo musical que van a hacer este verano, Oliver! A ver qué tal va.




Y eso nos lleva a Septiembre. Ha empezado el colegio, y por lo tanto, vuelvo a tener tiempo para mí. Pero antes de empezar con el "fregao" de verdad, Maddie y yo decidimos tomarnos la última semana de vacaciones que nos quedaba para hacer un road trip por el sur. Una semana conduciendo desde Virginia, pasando por Pigeon Forge (Tennessee), Nashville (TN), Memphis (TN), Nueva Orleans (Loiusiana), Montgomery (Alabama) y Atlanta (Georgia), para volver a Virginia. Y creo que el resumen del viaje lo tendría que hacer en otra entrada, porque hay bastante que contar. Pero el resumen es que estamos bien, que el coche sigue estando bien, y la gente del sur es muy amable, pero lamentablemente me costaba mucho entenderles.



Y aquí estoy de nuevo, "celebrando" mi propio aniversario con el país de las armas, la libertad y las águilas. Y esperando con ansias saber qué es lo que me espera en este nuevo año que estoy empezando.

A parte de toda la historia, tengo que agradecer a mis padres por apoyarme siempre en lo que quiero hacer, que es difícil, para ellos y para mí, pero aquí estamos, aguantando como jabatos, y aunque suene como suene, dando hostias sin mano a mucha gente. Que hay gente mala por el mundo, o incluso en tu propio ambiente. Ellos saben que les quiero, y que nunca podré expresar con palabras el amor que les tengo, y el agradecimiento, menos todavía, porque es tan grande que ni siquiera me cabe dentro de mí.
También a mis amigos, sobre todo por la paciencia que tienen, y la paciencia que tengo yo. Porque no nos hablamos todos los días, o no nos vemos de mes en mes, pero no pasa nada. Aunque os echo mucho de menos, siempre estáis en un rinconcito de mi mente, y en una habitación de mi corazón. 

Aún queda un año para vernos (o a lo mejor alguien decide venirse y me da una sorpresa, pero si es así, con tiempo para pedir las vacaciones), pero cuando nos veamos, será como si no hubiera pasado el tiempo.

Os quiero.

M.

P.D: Gracias también a Rosana, Teresa y a Pilar, porque ellas junto a mi madre son mis mayores "blogger-fans"! Se os quiere y se os echa de menos! (Y a las tartas de los sábados también!)

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